La mamografía es una radiografía que puede detectar el cáncer de mama, incluso años antes de que aparezcan los signos o síntomas.
Durante el examen, los senos se presionan entre dos placas y la máquina de rayos X toma imágenes.
Es importante nivelar el grosor de la mama para tener una idea clara de lo que sucede en su interior.
Después del examen, un radiólogo revisa las imágenes en busca de signos de cáncer u otras afecciones y comparte un informe con su proveedor de atención médica.
Las pautas actuales recomiendan que las personas de entre 50 y 74 años se hagan una mamografía cada dos años.