Hola, mamá, quería hablar contigo de algo un poco… incómodo.
Dime. ¿Qué pasó?
Ah, he pasado por eso.De tal palo, tal astilla.
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Bueno, debo hacerme mi prueba de Papanicolaou, pero estoy nerviosa.
¿A qué te refieres?
A mí tampoco me encanta hacerme la prueba de Papanicolaou, pero me gusta la tranquilidad de saber que me han hecho una prueba de detección de cáncer que puede tratarse.
¡tienes razón!
¡Las madres siempre tenemos la razón!
Solo puedo decirte que debes animarte y hacerte la prueba de Papanicolaou. Se supone que debes hacerte una cada tres años entre los 21 y los 64 años. Así que ya es hora.
Sé qué debo hacerlo, pero la idea de que alguien me examine ahí abajo... me asusta.
Sé que no es agradable. Pero es necesario y es una de las mejores maneras de detectar problemas a tiempo. Cuando tenía más o menos tu edad, me llevé un buen susto. Pensé que tenía cáncer cervical.
Pero no lo tienes, ¿verdad?
No, afortunadamente, pero mi médico dijo que podría haberse convertido en cáncer cervical si no lo hubiera tratado.
El cáncer cervical es complicado. Incluso si no sientes nada raro, es posible que el cáncer se esté desarrollando. Entonces, como tu madre y alguien que ha pasado por lo mismo, ve a que te revisen. Vale la pena. Además, está cubierto por el seguro.
Está bien, lo haré.
El cáncer cervical es la tercera forma más común de cáncer en las mujeres. Hágase la prueba de Papanicolaou cada tres años. Programe su prueba hoy mismo.